MIRANDA, HERNÁN
Inteligencia, humor, una ávida fruición observadora de los detalles, las circunstancias y las contradicciones de la universal aventura de existir en ese extraño campo de lectura que llamamos la realidad: extrañeza es, tal vez, la palabra que mejor sintetiza eso que nos propone o pide la poesía de Hernán Miranda. Y una acechante tentación de ir hacia el disparate o el absurdo, sin perder nunca la elegante serenidad a lo Buster Keaton en la actitud, ni la justeza en la elección y disposición de las palabras en el verso, y la sucesión de versos en el movimiento del poema. Y una inquietud crítica que no por insobornable accede a la autosatisfacción condenatoria.
Sepa, quien quiera involucrarse en el juego, que, si lo hace en serio, no va a salir indemne. Algo, no poca cosa, capaz de removerle las aguas del alma, le habrá ocurrido, sin necesidad de shocks ni de grandes revelaciones, y habrá disfrutado mucho además.
