WOLLSTONECRAFT, MARY
Cuando el filósofo y político irlandés Edmund Burke publica sus polémicas reflexiones sobre la Revolución francesa, a pocos meses de la toma de la Bastill, las respuestas no se hicieron esperar. Una guerrila panfletaria se desata contra su defensa de la aristocracia constitucional, la Iglesia y el rechazo a los principios de soberanía popular. Mary Wollstonecraft, ya avesada en el oficio letrado y en la construcción de una voz irreverente, da la partida inicial con su Vindicación de los derechos del hombre (1790). Pero el ritmo de la Revolución y su transformación republicana se acelera, y la escritora advierte que debe recapitular los alcances, quizás estrechos, de su primera Vindicación. Le urge desentrañar el enigma de la diferencia sexual y la condición de igualdad para las mujeres. Titula su segunda versión Vindicación de los derechos de la mujer (1792). El texto resuena, se vuelve un éxito: Londres, Boston, Filadelfia, París y Lyon lo publican casi simultáneamente. Entonces Wollstonecraft se traslada a Francia, poco tiempo antes de que Luis XVI sea guillotinado, para ver el proceso de cerca. Instalada en las afueras de París, comienza Una visión histórica de la revolución francesa, en donde pretende plasmar, de manera íntima e intelectual, su propio punto de vista -cuando no, controversial- sobre uno de los episodios inanugurales de la historia moderna.