BRILLAT-SAVARIN, J. A.
En diciembre de 1825, apenas dos meses antes del fallecimiento de su autor, Jean-Anthelme Brillat-Savarin, el editor Auguste Sautelet había publicado en París, en dos tomos, con el pomposo subtítulo Meditaciones de gastronomia trascendente; obra teorica, historica y puesta al dia, dedicada a los gastronomos parisienses por un profesor, miembro de diversas sociedades literarias y cientificas, la Fisiologia del gusto, que, aunque no llevara inicialmente y por deseo propio la firma de su autor, conoceria un gran exito y se convertiria en uno de los clasicos de la literatura gastronomica de todos los tiempos, como atestiguan sus numerosas y continuas ediciones y no solo las treinta y cinco registradas en su lengua original: desde la aparicion en 1852 en Mexico de la primera edicion en castellano hasta hoy se pueden contabilizar casi una docena de ediciones en nuestra lengua?. Merecedor de la atencion de personajes de la talla de Balzac, Stendhal, Flaubert, Zola, Hoffman, Faulkner, Hemingway, Malraux, Einstein o Barthes, entre otros, esta considerado como el tratado fundacional de lo que ha venido en llamarse gastronomia. En palabras de Nestor Lujan, el libro mas inteligente y espiritual que se haya producido dentro de la gastronomia.Autor de otros ensayos de naturaleza juridica y politica, Brillat-Savarin ocupo los ultimos años de su vida en redactar esta obra dedicada a la alimentacion; en 1822 escribe a un amigo: En realidad a este libro vengo dandole vueltas desde hace bastante tiempo. Creo que lo tengo en la cabeza (...) y me gustaria verlo editado en 1824. Sospecho que podria llegar a ser un referente dentro y fuera de Francia. El resultado fue un libro apasionante y ciertamente abigarrado, donde se entremezclan las ciencias con la historia y las historias, las poesias y las anecdotas personales con las recetas, formulas magistrales y dietas, los aforismos y las narraciones que tienen a algunos productos alimenticios como protagonistas. Con esa fusion de generos Brillat-Savarin logro ante todo un libro ameno, por mas que, antes que entretener al lector, el autor, hijo de la Ilustracion, persiguiese sentar las bases de lo que tenia por una nueva disciplina, la gastronomia, a la que queria revestir de analisis cientifico.